Al borde de la locura,
Al filo del desespero,
Pecado que no supero,
¿Será que no habrá una cura?
Requiero, Quizá, un cura
Que exorcice el ruin demonio,
Director del pandemonio
De mi mente divagante;
Es próximo lo distante,
y tóxico cual amonio.
Tiene gracia en el instante,
Mas se amarga al mucho rato;
Mucho uso, mucho trato
Y se torna sofocante.
¿Será esta la constante
Por el resto de mi vida?
¿O será que en mi partida
Pospondré también mi muerte?
Conociendo ya mi suerte
Es mañana mi salida.
Mi mente queda inerte
Los días antes del plazo,
Y entonces, de un plomazo,
Despierta, hostil y fuerte.
El caos va y convierte
Lo dulce en empalagoso,
Lo simple en trabajoso,
Los hobbies en un calvario.
No hay peor escenario
Que odiar lo maravilloso.
Ordenar mi calendario
No parece suficiente
Contra este contendiente
Tan cobarde y mercenario.
Mas resulta necesario
Admitir que más bien voy
Recibiendo lo que doy
A mi mente que se afana.
Pues, no dejen al mañana
Lo que pueden hacer hoy.
Comentarios
Publicar un comentario