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Entomophobia

Un Monton de Cucarachas Muertas bocarriba Fuente


Una noche Antonio soñó que era comido por cucarachas.

El sueño fue tan real que cuando despertó, bañado en sudor y respirando con dificultad, aún podía sentir en la piel el hormigueo de los insectos caminándole encima.

De inmediato fue a ducharse por una hora, restregándose con furia cada milímetro de su cuerpo hasta deshacerse de la desagradable sensación. Se inspeccionó boca, nariz, ojos, oídos… temeroso de que algo se asomase.

No volvió a dormir o a entrar en su cuarto, se mantuvo en paño rondando la sala del apartamento toda la noche hasta que el sueño le pudo y cayó rendido en el suelo.

A la mañana siguiente despertó y de un salto se levantó, volvió a revisarse el cuerpo, el hormigueo había vuelto. Otra larga ducha.

Tras el segundo baño y recuperar un poco de valor para entrar en su cuarto, se preparó para salir a trabajar. Tomó cada prenda de ropa con cuidado, apenas sujetándolas con la yema de los dedos para luego sacudirlas vigorosamente y revisarlas a profundidad.

Buscó sobre su cómoda las pastillas que le recetó su psiquiatra. Encontró el frasco abierto y volcado. No se veía ninguna pastilla vertida y dudó que el frasco estuviese vacío, pero no quiso revisar por miedo a encontrarse con una cucaracha, por lo que decidió comprar más regresando del trabajo.

Tomó sus llaves, fue a la puerta, desbloqueo el candado interior y, cuando tuvo el primer pie fuera, frente a él, una cucaracha pasó.

De la impresión soltó sin querer las llaves y las pateó al pasillo exterior junto a la cucaracha, cerró la puerta con fuerza y bloqueó el candado.

Corrió a su habitación y se mantuvo sobre la cama abrazando sus rodillas hasta que, tras varias horas, el hambre le obligó a levantarse. Cuando estuvo a punto de salir oyó un sonido extraño y creyó que eran más cucarachas, por lo que se encerró y volvió a la cama.

Cansado, hambriento y falto de su medicina, Antonio estaba en su peor estado anímico. El pulso le iba a millón y sus tripas parecían estar comiéndose a si mismas. Se negó a cerrar los ojos y dormir, el sonido imaginario de pequeñas patas caminando sobre las paredes le ensordecía; y aunque no veía nada, prefería mantenerse vigilante y evitar que alguna maldita cucaracha se le acercase.

Cuando cayó la noche y el foco de su cuarto se terminó fundiendo, en la profundidad de la penumbra pudo divisar espectros de cucarachas demoníacas, levantando el vuelo con sus alas de dragón, esparciendo escarcha negra llena de maldiciones y enfermedades, exhalando fuego y blasfemias, y torturando la ya rota psique de Antonio toda la noche y todo el día...


Los vecinos habían avisado a la policía de unos ruidos extraños provenientes de uno de los apartamentos desde hacía unas semanas. Nadie era claro con qué tipo de ruidos eran ni tampoco parecían saber nada del dueño del lugar, entonces las quejas de ese mismo edificio cambiaron de ruidos a un olor extraño y nauseabundo.

Cuando los oficiales fueron a revisar se encontraron con un apartamento bien cerrado y sin rastros del dueño. Tenían planeado llamar a los bomberos, pero entonces encontraron las llaves tiradas a unos metros de la puerta.

Cuando por fin abrieron, el olor les dio de lleno. Mientras más se adentraban más fuerte era y más claro era un sonido muy extraño, cómo de algo arrastrándose…

Cuando tumbaron la puerta de la habitación, un centenar de cucarachas corrieron bajo sus pies. Había tantas, en el suelo, en el techo, sobre las paredes... Que la habitación parecía un abismo viviente. Con sus linternas los oficiales iluminaron el lugar y allí donde posaban la luz se dispersaban las cucarachas.

Entonces enfocaron las luces sobre la cama y encontraron lo que parecía ser el cadáver de Antonio, envuelto entre las sábanas, consumido casi en entero por las cucarachas.

Al acercarse al cuerpo notaron un leve murmullo que parecía salir de su boca. Cuando le tocaron Antonio abrió los ojos y despertó, bañado en sudor y respirando con dificultad. Aún podía sentir en la piel el hormigueo de los insectos caminándole encima, por lo que de inmediato fue a ducharse...



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